Tras la identificación del paciente con EM, PRM y/o MFT, el farmacéutico, siguiendo el Método Iaser© o cualquier otra metodología, debe concretar e implantar un plan de actuación farmacéutica para la prevención o resolución del PRM. Ante cualquier paciente, identificado por la presencia de un PRM, potencial o real, se propone la metodología SOAP22, es decir, el registro y la documentación de datos subjetivos, datos objetivos, su análisis e interpretación. A partir de este momento es más fácil desarrollar el plan a implantar en el paciente para la resolución o prevención del PRM.
En la etapa inicial del episodio de PRM el registro de datos es más exhaustivo, que durante el seguimiento del paciente ya que se realizan notas SOAP más breves y con una frecuencia adaptada a la evolución del paciente y al tipo de PRM identificado (tabla 9). El registro de cualquier af y su resultado en un paciente puede llevarse a cabo a través de la Hoja Individualizada de Monitorización Farmacoterapéutica (anexo 9.1). En caso de disponer de la aplicación Atefarm® v2005.0.0.18 (IMF s.l. Valencia, 2005) en versión PC o PDA, se obvia la utilización del impreso y registro manual de los datos. En general, es recomendable seguir las etapas siguientes:
En primera instancia el farmacéutico deberá considerar:
– Que debe hacerse un seguimiento individualizado del paciente.
– Que hay que alcanzar unos objetivos terapéuticos individuales.
– Que hay que asumir una serie de responsabilidades con el tratamiento del paciente y con el resultado del mismo.
– Que hay que alcanzar unos objetivos terapéuticos individuales.
– Que hay que asumir una serie de responsabilidades con el tratamiento del paciente y con el resultado del mismo.
Una vez asumida esa actitud, el profesional que se enfrente a un paciente susceptible de prestarle Atención Farmacéutica deberá actuar siguiendo una metodología, que puede sintetizarse en los siguientes puntos:
a) Primera vez que el paciente recibe Atención Farmacéutica
– Ofrecimiento del servicio: Se efectuará a aquellos pacientes que realmente lo necesiten y a los que tengan más riesgo de sufrir Problemas Relacionados con los Medicamentos (PRM), y dentro de éstos a aquellos que acepten y tengan interés.
– Entrevista inicial: Recogida de datos personales y familiares, antecedentes sanitarios, enfermedades actuales y su medicación, observaciones y apreciaciones personales, etc. Es recomendable que la entrevista se realice en un espacio físico que tenga privacidad y confidencialidad (la conocida como Zona de Atención Personalizada o ZAP). Toda la información recabada originará la ficha de paciente.
b) Visitas posteriores (ficha de paciente ya abierta)
La ficha debe contener:
a) Datos subjetivos
Son datos descritos por el paciente, identificados en la entrevista con el mismo o en la información recogida en la historia clínica por otros profesionales sanitarios.
b) Datos objetivos Son datos procedentes de las pruebas analíticas, procedimientos diagnósticos, examen físico, signos vitales, etc.
El protocolo de actuación del farmacéutico que ofrece Atención Farmacéutica a cada paciente concreto y en cada visita debe pivotar sobre la siguiente estructura:
– Identificación de los posibles problemas sanitarios del paciente (farmacoterapéuticos y de otra naturaleza).
– Valoración del problema.
– Plan de actuación para su resolución.
– Intervención profesional.
– Evaluación de resultados obtenidos.
– Registro de los datos.
– Valoración del problema.
– Plan de actuación para su resolución.
– Intervención profesional.
– Evaluación de resultados obtenidos.
– Registro de los datos.
De esta secuencia de actuaciones derivará la Atención Farmacéutica prestada y el registro de la misma.
Obviamente, en la identificación de los posibles problemas sanitarios, el farmacéutico deberá prestar una especial atención hacia los derivados del empleo (o no empleo) de medicamentos. En este sentido, es imprescindible que el farmacéutico investigue, para cada uno de los medicamentos que utiliza el paciente, los siguientes extremos:
Obviamente, en la identificación de los posibles problemas sanitarios, el farmacéutico deberá prestar una especial atención hacia los derivados del empleo (o no empleo) de medicamentos. En este sentido, es imprescindible que el farmacéutico investigue, para cada uno de los medicamentos que utiliza el paciente, los siguientes extremos:
– ¿El medicamento está indicado para la enfermedad que refiere el paciente?
– ¿El medicamento está resultando eficaz para el tratamiento de esa patología?
– ¿El medicamento es seguro para el perfil sanitario del paciente?
– ¿El medicamento es conveniente para el paciente?
– ¿El medicamento está resultando eficaz para el tratamiento de esa patología?
– ¿El medicamento es seguro para el perfil sanitario del paciente?
– ¿El medicamento es conveniente para el paciente?
De las respuestas a estas preguntas acerca de la indicación, efectividad, seguridad y conveniencia del tratamiento farmacológico, derivarán los posibles Problemas Relacionados con los Medicamentos (PRM).
c) Análisis e interpretación
Esta fase consiste en analizar e interpretar los datos subjetivos y objetivos más relevantes de cada problema, para valorar los siguientes aspectos:
• Etiología del problema y sus causas
• Necesidad de farmacoterapia (inicial/actual) y alternativas disponibles
• Selección adecuada del medicamento
• Posología, vía y método de administración adecuados al paciente e indicación
• Duración del tratamiento
• Necesidad de monitorización farmacocinética o clínica
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